4.3.1 Carácter

Carácter

Los rasgos de carácter identificados por Maxwell son importantes para los directores por varias razones. He aquí algunos ejemplos sobre los que reflexionar.

Convicción: para ponerse de pie delante de un grupo de músicos y decirles lo que tienen que hacer, se necesita tener mucho carácter, especialmente si esos músicos tienen más experiencia que usted. Como decía Sir Mark Elder: “Las orquestas contratan convicción”.

Inspiración: no todo el mundo tiene el carisma de Leonard Bernstein o el encanto de Carlos Kleiber, pero los directores deben ser capaces de atraer la atención del conjunto e inspirarlo. Somos el foco de atención de todo el mundo (con suerte) y por lo tanto debemos aceptar la responsabilidad de crear el ambiente en la sala.

Positividad: nuestro trabajo es criticar, por lo que es esencial que aprendamos a hacerlo de forma positiva y alentadora, y que recordemos que hay que dar comentarios positivos además de una crítica constructiva.

Humildad: es importante recordar que como directores no hacemos un sonido. Sin los músicos en la orquesta el concierto no tendrá mucho éxito, los necesitamos más que ellos a nosotros. Debemos mostrar humildad ante la música: nuestro trabajo es realizar las intenciones del compositor. 

Pasión: si no somos capaces de transmitir este sentimiento a los músicos, ¿cómo podemos esperar que muestren pasión al tocar o cantar?Determinación: nadie respeta a un director de música que no puede tomar decisiones. En última instancia, ese es nuestro trabajo. Una mala decisión es mejor que no tomar ninguna.

Observación del liderazgo en acción 

(dedicar alrededor de 30 minutos para esta actividad)

Observar cómo los directores atraen la atención y transmiten el liderazgo es importante para el aspirante a maestro. Utilizando su motor de búsqueda en Internet, introduzca el término de búsqueda “dirigir una orquesta con la cara”.

Discusión

Puede que haya encontrado varios elementos en su búsqueda, pero esperamos que haya visto los ejemplos de cómo grandes directores de orquesta, como Leonard Bernstein, se comunican utilizando solamente los ojos y otros métodos no verbales. 

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